domingo, 27 de noviembre de 2011

En un Mundo Mejor



 2011, Dinamarca
Direccion: Terrance Malick
Reparto: Mikael Persbrandt, Trine Dyrholm and Markus Rygaard

    Un libro escrito por un estudioso de la Universidad de Cambridge sugiere que la falta de empatía es la raíz de toda crueldad. Las personas no son básicamente malas, sostiene Simon Baron-Cohen, pero algunos carecen de la capacidad de identificarse con lo que otros están sintiendo: "Las personas que carecen de empatía ven a los demás como objetos menores."
    Aunque dudo si Susanne Bier sabía de este libro cuando hizo "En un Mundo Mejor", ambos juegan una demostración de la misma información. En historias paralelas ubicadas en Dinamarca y África, se consideran personajes que actúan con crueldad y aquellos que deliberadamente tratan de actuar con empatía.
    "En un mundo mejor", que ganó el que este año el Premio de la Academia por mejor película extranjera, se centra en dos niños y sus padres. Elias (Markus Rygaard) y Christian (William Johnk Nielsen), quienes se reúnen en la escuela donde uno de ellos acaba de ser transferido. Elias es un chico retraído, y cuando es fastidiado por el matón de la escuela, Christian lo defiende de un modo repentino y sangriento. "Nadie va a meterse conmigo otra vez", explica.
    El Padre Elías, Anton (Mikael Persbrandt), conmuta entre Dinamarca y un país no identificado de África, donde opera una clínica médica gratuita. A su cuidado llegan pacientes de todo tipo, incluidas las mujeres salvajemente atacadas por un poderoso individuo de la localidad, ‘’Hombre Grande’’ (Evans Muthini). El padre de Christian es Claus (Ulrich Thomsen), cuya esposa murió de cáncer.
    Anton está a menudo en África, y Claus en Londres. Un día, cuando Anton está en casa, él y Elías, ven a un hombre local llamado Lars (Kim Bodnia) empujando personas que inocentemente le han ofendió. Anton se le acerca, y Lars le da una bofetada. Razonando la situación, Anton decide dar el ejemplo a su hijo, y lo lleva al taller mecánico de Lars para dar lugar a una confrontación sin violencia. Lars es incapaz de sobrellevar tal evento.
    Christian, a principios defendió a Elias contra el matón en patio de la escuela; ahora diseña un plan para obtener venganza en contra de Lars. Mientras tanto, en África, en la clínica de Anton recibe un paciente de emergencia: ‘’Hombre Grande’’, con una grave herida en la pierna.
    No hay más información sobre la trama. Lo que Susanne Bier hace es cortar ambas historias para contrastar los tipos de gente que son instintivamente crueles y los que son indeliberadamente procedentes.  Los resultados de las historias paralelas son impredecibles, aunque siguen una cierta lógica.
    Yo admiraba trabajos previos de Bier como Things We Lost in the Fire  y sus versiones danesa y estadounidense de Brothers, pero aquí su método es demasiado trivial. Los acontecimientos de África, en particular, no se ajustan de manera orgánica en el resto de la película, siendo un cambio artificial. La historia de los niños funciona bien y sus padres están bien dibujados.
    Hay dos historias fuertes aquí, en África y en Dinamarca. Cualquiera podría haber hecho una película. Intercaladas en esta forma, se parecen demasiado a un revoltillo. Sin duda, las nobles intenciones de la película apelaron a los votantes de la Academia, pero este filme me parece el más débil de los cinco nominados de este año. ¿Qué significa el título sugiere? ¿Que en un mundo mejor, no habría tanta crueldad? Es cierto, sin duda.

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